Visitamos una chacra familiar
DESDE FEDERAL RECORRIÓ UNA CHACRA FAMILIAR DE 7 HECTÁREAS UBICADA A 8 KM. DE FEDERAL SOBRE RUTA NACIONAL 127
Allí Mario Raminger y su familia produce de todo un poco para consumo de los habitantes de la Quinta "El Pariente" y para comercializar a quienes transitan por la ruta y se encuentran con el puesto -donde ofrecen su producción- o en la ciudad de Federal.
Por estos días las mayores ventas se producen con la fruta extraída de las plantaciones de durazno; variedades traídas de San Pedro en la provincia de Buenos Aires, mientras de espera la maduración de otras variedades de semilla. Pasamos por la plantación de girasol y nos encontramos con el gallinero donde se alimentan los pollos parrilleros y las ponedoras.
Cerca de allí está el corral de las lecheras, -se fabrican quesos y ricotta- entre otros sub-productos- al lado los cerdos y lechones que se consumen asados o en las dos o tres "carneadas" al año para hacer chorizos. Pasamos cerca de la represa, que desemboca en la laguna -sus habitantes acuáticos nos reciben con sus trinos- y allí están las colmenas y sus laboriosas moradoras.
No hay lugar en este espacio donde la mano de estos "gringos" no pone un árbol, una planta, un animal; que manejan con los conocimientos y la experiencia de quienes saben que allí está el pan de cada día.
Las plantas de vid, el manzanero que se retuerce por el peso de sus frutos, la higuera, el damazco, la cortina de arboles que se forma con el sauce llorón y los pinos, nos llevan por más y más tierra preparada magistralmanete para producir en interminables tablones.
Asi llegamos al lugar donde hace pocos días estaba la remolacha que ya se levantó y vendió en su totalidad; el maíz, la acelga, la zanahoria en plena producción, zapallito de tronco y la exquisita frutilla (del postre) que todos los días ofrece su fruta madura; lista para la cosecha. Nos cuenta el dueño de casa.
Mario no para de hablar y nos contagia con tantas ganas que le pone a su emprendimiento; queda a las claras que hay mucha dedicación y un gran amor para trabajar esa tierra que devuelve generosamente sus frutos. Su preocupación es la sandía y el tomate que no viene bien como en otros años.Cuando volvemos a la casa -Elena, la esposa de Mario- nos recibe con una torta casera deliciosa, con duraznos naturales, (bien maduros, para la torta) finamente salpicados con dulce de leche. (Exclusivo Revista Desde Federal)
Archivado en::