Antonio E. Silveyra |
domingo, julio 28, 2024 |
Este libro trata sobre las aves silvestres en los ambientes de la provincia de Entre Ríos. Las aves de Entre Ríos con más de 400 especies registradas, tan abundantes como diversas, explican su presencia en la diversidad de hábitat que tiene la provincia, que va desde el bosque nativo en el espinal montielero hasta uno de los humedales más grandes del planeta: el delta del río Paraná, con más de 1,4 millones de km2; o al oriente la selva uruguayense, hasta la margen oeste del río Paraná: la selva paranaense, sin contar con el amplio territorio interno, con los más de 7.000 cursos de aguas, entre arroyos y cañadones internos, con árboles, arbustos, pastizales y pajonales, que brindan a las aves alimento y resguardo.
Estos ambientes hacen a la provincia de Entre Ríos única en el país en cuanto a diversidad en aves nativas. Las aves están tan arraigadas en el arte, la música, la cultura, la sociedad y la economía como en la propia identidad entrerriana.
La música de los ambientes entrerrianos
(Raúl Alberto Spais)
En este capítulo se describen los detalles sonoros de las aves silvestres. El conocimiento de la avifauna de la provincia de Entre Ríos y la preservación de sus ambientes permitirá celebrar la belleza acústica de la naturaleza.
"Apenas se anuncia el rosicler del alba, ya despierta la sonora algarabía en la espesura, el concierto de los trinos en el llano, la confusión babélica en las islas; y toda
"Apenas se anuncia el rosicler del alba, ya despierta la sonora algarabía en la espesura, el concierto de los trinos en el llano, la confusión babélica en las islas; y toda esa fiesta de la vida se prolonga hasta que, tinto de sangre en el ocaso, el sol cede su trono a la penumbra."
(Seri Carlos, "El corazón de las aves"
en Letras, Paraná, año lI N.° 2, 1952, 26-28 pp.)
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Desde la primitiva vocalización del chajá (Chauna torquata, Figura 1) hasta la complejidad sonora del canto de la calandria (Mimus saturninus, Figura 2), la provincia de Entre Ríos ofrece una extensa variedad de sonidos de su avifauna silvestre, situándose dentro de las provincias con mayor cantidad de especies aladas. El sonido es una propiedad intrínseca de la naturaleza. Cualquier lugar del planeta tiene sonidos producidos por animales (biofonía), por factores abióticos como la lluvia, el viento, los truenos, etc. (geofonía) y, cada vez más distribuidos, los sonidos que produce el funcionamiento de las máquinas y equipos creados por el hombre (antropofonía) (Pijanowski, 2011).
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En el mundo de la comunicación animal, los cantos de las aves son los sonidos más complejos del mundo natural. Son producidos de forma vocal a través de la siringe, el aparato fonador equivalente a la laringe en los humanos. Las vocalizaciones de las aves pueden clasificarse en señales y cantos, aunque en algunas especies poco evolucionadas no se pueda considerar su diferencia. Las señales son sonidos de corta duración y poca variación de frecuencia; interpretados por machos y hembras, son conservados genéticamente y usados como señal de alarma, petición de alimento y contacto entre especies. En cambio, los cantos se componen de sonidos complejos de mayor duración, con modulaciones de frecuencia e intensidad, producidos principalmente por los machos. Son aprendidos por transmisión cutural, usados para establecer territorio y atracción de pareja.
Figura 1. Chajá (Chauna torquata).
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